Hay momentos del año que tienen una magia especial. El otoño es, sin duda, uno de ellos. Y si hay un lugar donde se puede vivir esa magia con intensidad, ese es la ribera del río Jarama. En CEI El Jarama, cada año damos la bienvenida al otoño con los brazos abiertos, sabiendo que esta estación nos regala una oportunidad extraordinaria para aprender al aire libre, conectar con la naturaleza y observar cómo cambia el mundo que nos rodea.
La ribera del Jarama en otoño se transforma. Los árboles se visten de colores cálidos: amarillos, ocres, rojizos y marrones que pintan el paisaje como si fuera un lienzo. El aire es más fresco, pero no es frío, y el suelo húmedo cruje bajo nuestros pies. Los días se acortan, pero cada minuto en el exterior se vuelve más valioso. Este entorno natural, que rodea nuestra granja escuela, se convierte en un aula viva para niños y niñas, donde cada paseo es una lección y cada descubrimiento, una aventura.
Una excursión sensorial y educativa
En CEI El Jarama organizamos actividades específicas para disfrutar del otoño con todos los sentidos. En nuestras rutas por la ribera, no solo caminamos: observamos, escuchamos, tocamos y olemos. Aprendemos a identificar los árboles de ribera —álamos, sauces, fresnos— por la forma de sus hojas, por su corteza o por los frutos que dejan caer. Hablamos de por qué cambian de color, de cómo se preparan para el invierno y de cómo afectan estos cambios al resto del ecosistema.
El suelo nos cuenta muchas historias: huellas de tejones, zorrillos o aves; madrigueras escondidas entre las raíces; hojas mordisqueadas o frutos roídos. Seguimos estos rastros como pequeños naturalistas, desarrollando la atención y la curiosidad. A veces, si guardamos silencio, tenemos la suerte de ver aves migratorias que hacen una pausa en su viaje hacia el sur. Avutardas, ánades o milanos sobrevuelan el río, y su presencia nos recuerda que el otoño también es tiempo de movimiento.
Juegos, retos y descubrimientos
Además de los paseos en sí, en CEI El Jarama diseñamos dinámicas lúdicas que enriquecen la experiencia. Proponemos retos de observación, juegos para reconocer sonidos de la naturaleza, y actividades que combinan el arte y la ciencia, pequeños diarios de campo o cuentos inspirados en lo que vemos y sentimos.
Todo esto fomenta no solo el conocimiento del entorno, sino también habilidades como la expresión oral, la creatividad, el trabajo en equipo y el pensamiento crítico. Al final del día, niños y niñas regresan con las manos un poco sucias, las mejillas coloradas por el aire fresco y los ojos brillantes de emoción. Y, sobre todo, con un vínculo más fuerte con la naturaleza.
Un espacio seguro para aprender con libertad
La educación al aire libre tiene un valor incalculable, y el otoño es una de las mejores estaciones para aprovecharlo. En CEI El Jarama cuidamos cada detalle para que la experiencia sea segura, estimulante y adaptada a las distintas edades. Nuestra localización, en plena naturaleza pero a un paso de Madrid, nos permite ofrecer un entorno privilegiado donde el aprendizaje sucede de forma natural, sin forzar nada.
Nuestros educadores/as acompañan a los niños y niñas con respeto y cercanía, proponiendo actividades que despiertan el asombro y el interés por el mundo natural. Y lo hacen con una metodología que equilibra el juego, la exploración libre y el aprendizaje estructurado.
Una estación que deja huella
El otoño en la ribera del Jarama no es solo una época bonita: es un momento perfecto para sembrar en los más pequeños el amor por la naturaleza, la conciencia ecológica y el placer de aprender haciendo. Desde CEI El Jarama, estamos convencidos de que este tipo de experiencias dejan huella: en la memoria y en el corazón. Por eso, cada vez que caen las primeras hojas y los colores del bosque se vuelven más intensos, salimos a explorar. Porque sabemos que la naturaleza es una gran maestra y que el otoño tiene mucho que enseñarnos.
¿Te gustaría que tus alumnos/aslo experimenten con nosotros? ¡Os esperamos este otoño en la ribera del Jarama! Ponte en contacto y te informaremos sin compromiso.