Estudios recientes nos dicen que desde el nacimiento, los niños necesitan la conexión con los demás, y que los que sienten esa conexión con su comunidad, familia, escuelas y centros educativos son menos propensos a las conductas llamadas de “mal comportamiento”. La metodología llamada Disciplina Positiva, proveniente de Norteamérica y muy reciente aquí en nuestro país, nos brinda herramientas para que podamos lograr que los niños sean miembros que contribuyan a su comunidad, ayudándoles a aprender habilidades sociales y capacidades básicas para la vida.
Gracias a esta filosofía, la mirada hacia el niño se amplía. Es decir, ya no vemos solo el comportamiento concreto de un niño y buscamos una solución rápida a corto plazo para éste, sino que somos capaces de ver que bajo la punta del iceberg que el niño muestra (el comportamiento), hay todo un bloque de hielo escondido que también se ha de tener en cuenta. Son los niños los que quieren que se les tenga en cuenta, los que quieren pertenecer y conectar de alguna manera con los demás.
La disciplina positiva, además de ayudar a comprender estos comportamientos de los niños, nos facilita herramientas para ayudar a guiarles en su camino de forma positiva y afectiva, pero firme y respetuosa a la vez, evitando así, soluciones rápidas como los castigos o los premios y enfocándonos en una búsqueda de soluciones en común.
Eso sí, aquí la mirada no solo cambia o se amplía hacia los niños, sino también hacia uno mismo, como educador o persona a cargo de éstos, dándonos cuenta así de nuestra parte responsable en las conductas del niño.
Y ahora imagínate por un momento que, como niño o adolescente, vas a un lugar por uno o varios días, o incluso semanas, donde además de pasarlo bien con amigos, de aprender idiomas, de disfrutar y aprender de y con la naturaleza, encuentras que se te tiene en cuenta, que se te respeta, que se te escucha, que eres una parte activa en el aprendizaje y que aprendes alguna/s herramienta/s que, social y emocionalmente, podrían ayudarte en tu proceso de vida.
¿Te imaginas?
En CEI El Jarama sí, lo imaginamos. Es por ello que hoy en día estemos apostando por la formación de toda nuestra plantilla de educadores en esta metodología basada en el respeto mutuo; respeto al niño, respeto a uno mismo y respeto a la situación – la Disciplina Positiva.
Gema del Campo.
Educadora en CEI El Jarama y Facilitadora en Disciplina Positiva para Educadores.