Vivimos en una época en la que los móviles, las tablets y las pantallas están siempre presentes. Para muchos niños y niñas, el ocio se ha convertido en algo que ocurre mirando una pantalla. Y para muchas familias, el verano plantea una duda muy real: ¿cómo se entretendrá mi hijo sin su consola, sus dibujos animados favoritos o su móvil?
En CEI El Jarama, lo vemos cada verano: los primeros días cuesta, pero muy pronto sucede algo mágico. Los niños y niñas empiezan a relacionarse de otra forma, se redescubren a sí mismos y a los demás, y comienzan a conectar con el entorno, con la naturaleza y con sus emociones sin necesidad de ningún dispositivo electrónico.
¿Quieres saber cómo se relacionan los niños en un entorno sin pantallas? Sigue leyendo.
Desconectar para conectar
Antes de llegar al campamento, a los niños y niñas se les advierte de que no van a poder usar el móvil durante su estancia. Cuando se suceden los días, y esto es una lección que deberíamos aprender todos, es que los niños y niñas no parecen echar de menos sus móviles. Es cierto que algunos adolescentes, sobre todo los internacionales, preguntan a veces por sus dispositivos, sobre todo el último día, pero nunca durante las dos semanas que dura el campamento. Los niños y niñas suelen desconectar sin dificultades de las pantallas y se enfocan en las relaciones interpersonales y con las maravillas que les brinda la naturaleza.
Relaciones más auténticas, espontáneas y profundas
Sin pantallas, los vínculos entre los niños se vuelven más reales. No hay filtros, no hay distracciones, no hay pausas para mirar el móvil. Esto tiene efectos inmediatos:
- Se escuchan más entre ellos, prestan más atención a lo que les cuentan sus compañeros.
- Las miradas, los gestos, las emociones no pasan desapercibidas.
- Surgen bromas compartidas, conversaciones durante las comidas, confidencias en las noches de acampada…
El resultado es que los lazos que se crean en el campamento no son virtuales, son vividos de verdad. Y muchas veces se convierten en amistades que continúan más allá del verano.
Juego libre, conflictos y resolución entre iguales
Cuando no hay pantallas que medien, los niños y niñas aprenden a gestionar su tiempo y sus relaciones de forma más autónoma. Aparecen conflictos, por supuesto: quién juega primero, quién decide las normas, quién quiere algo diferente al grupo. Pero en esos pequeños roces cotidianos se esconde uno de los aprendizajes más valiosos del campamento: la convivencia real.
Los monitores están ahí para guiar, pero son los niños quienes aprenden a escuchar, ceder, proponer y negociar. Sin pantallas que distraigan o sirvan de escape, aprenden a enfrentarse a los desacuerdos desde el diálogo y la empatía.
Creatividad y juego sin límites
En los campamentos de verano de CEI El Jarama contamos con una completa programación que incluye numerosas actividades guiadas. Solo en los momentos de tiempo libre de las comidas, los niños y niñas encuentran un tiempo de juego libre. El aburrimiento no tiene demasiadas oportunidades de presentarse. En CEI El Jarama organizamos cada día actividades variadas, desde el cuidado de animales y huerto hasta senderismo, gymkanas, talleres de arte y dinámicas de grupo. El contacto con otros niños y niñas, sumado a la ausencia de móviles, da rienda suelta a su imaginación.
Tiempo sin pantallas = desarrollo emocional
Numerosos estudios demuestran que el uso excesivo de pantallas puede afectar la regulación emocional, la capacidad de concentración o el desarrollo de habilidades sociales. En cambio, pasar tiempo sin pantallas, especialmente en la infancia, favorece:
- La autorregulación emocional (saben mejor lo que sienten y cómo gestionarlo).
- La empatía (identifican mejor las emociones en otros).
- La autoestima (se sienten más capaces, más seguros en sus interacciones).
En el campamento, cada pequeño logro —montar una tienda, superar un miedo, hacer una nueva amistad— refuerza su confianza y su bienestar.
CEI El Jarama: un verano de conexión real
En CEI El Jarama, llevamos años organizando campamentos sin pantallas en los que los niños y niñas no solo se lo pasan bien: aprenden a vivir con otros, a relacionarse consigo mismos y con el entorno de forma plena.
Sabemos que no siempre es fácil tomar la decisión de desconectar, pero te aseguramos que merece la pena. Los niños vuelven a casa más tranquilos, más seguros, con más recursos personales y, sobre todo, con recuerdos inolvidables que no necesitan batería para revivirse.
Este agosto, elige un verano diferente
Si estás buscando un campamento en Madrid para el mes de agosto donde tus hijos puedan vivir experiencias reales, sin pantallas, rodeados de naturaleza y con atención profesional, CEI El Jarama es tu lugar.
¿Tienes dudas? Escríbenos, llámanos o ven a conocernos. Estaremos encantados de ayudarte a que este verano sea especial.